La asamblea soberana ha decidido que la Unió entre hoy en el Siglo XXI. A pesar de que 77 retrógrados hayan votado en contra, la propuesta para derribar el teatro e iniciar la construcción de un nuevo Auditorio y el nuevo Centro Integrado ha sido aprobada. Caso de haber triunfado el NO estoy seguro de que tamaña locura hubiera supuesto la desaparición de la Sociedad. Es pues hoy un día grande para los unioneros, para la Unió y para Llíria.
Retrógrado:
Dice el diccinario de la RAE, que retrograda, o como adj. despect. Partidario de instituciones políticas o sociales propias de tiempos pasados.
Como sinónimos: reaccionario, atrasado, carca, rancio, obcecado.
Pues vaya con los progresistas. ¿Que hay del respeto a la opinión contraria a la própia? ¿Que hay del sentido democrático?, ¿que hay del derecho a la libre elección?, ¿Que hay de la buenas maneras?, ¿Que hay del buen ejemplo a las generaciones que siguen?...
Pero... ¿Como se han atrevido 77 pesonas a no votar a favor? Si en España somos 45 millones.
Si es que hay de todo. Un 0.0001 % de los españoles ha votado en contra. Si es que siempre hay quien va en contra de todo.
Bueno, dicho lo dicho, solo puntualizar que los 77 votos en una España son despreciables pero no lo son si en la asamblea no hay mas de 257 socios, lo que represetna un 30%. Es posible que algo se esté haciendo rancio pero seguro que no es el 30% de los socios.
Ademas puedo afirmar que los presuntos "retrógrados", lo que solicitaban era el tener mas de un proyecto donde elegir. Hace tiempo que estamos en libre mercado donde las alterantivas siempre son un buen recibo para elegir adecuadamente. ¿Alguien ha comprado el primer piso que ha visto, sin ver otro? (ya, ya se, este nos lo regalan; pero aun asi es bueno, saludable y socialmente "higienico" tener alternativas antes de tirar abajo un teatro)
Bueno, soy Unionero, amante de la Unión, así que como siempre: en positivo.
JOSÉ M. FAUBEL.
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1 comentario:
Me reitero. La negativa a recibir una subvención ya aprobada de la Administración hubiera supuesto la "muerte" de la sociedad. En la discrepancia está la clave de la democracia, aunque no siempre la mayoría tenga la razón.
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